Tradiciones

De Samperinos
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Día de los Hijaranos[editar]

El pilón de Híjar[editar]

- Publicada en Heraldo de Aragón el 13 de Octubre de 2.002

http://jms32.eresmas.net/Leyendas/leyen03/leye0319.html

La división de los términos municipales se hacía antaño pilones, y aún ahora subsisten en su gran mayoría. Algunos de ellos, con historia o leyenda, tal como sucede con el que se levanta en el que sirve de división a los términos de Samper de Calanda e Híjar

El "Pilón de Híjar" hizo bueno, en su tiempo, el refrán "Con la vara que midas serás medido". Algo así como la "vara de Judá". Lo relata Alejandro Abadía París en su libro "Samper de Calanda, tradiciones y costumbres":

"Cuentan que un hijo llevaba a su padre, viudo, al asilo de Híjar. Iban andando por el camino y decidieron detenerse a descansar en una piedra que hay junto al pilón que separa los dos términos municipales, cuando el padre comenzó a llorar. -¿Por qué lloras, padre mío?-preguntó el hijo un tanto confuso-. -Es que, hijo, en este pilón, en esta misma piedra, se sentó mi padre cuando yo lo llevaba también al asilo, porque tampoco lo quería tu madre".

No hubo más palabras. El hijo se levantó, le ayudó a su padre para que hiciera lo mismo, y juntos desandaron el camino de regreso a Samper de Calanda. Y cuenta la historia o la leyenda que el pobre anciano vivió con los suyos, felizmente, hasta la hora de su muerte. La alegría fue compartida por toda la familia, que ya no volvió a pensar en separaciones.

Hijaranos 19xx.jpg

Archivo:Hijaranos 2001.pdf

Leyenda del pilón[editar]

- Manuel Forcada Lázaro

Es la historia de un anciano de Samper de Calanda que lo traen al asilo de Hijar y a medio camino se dan la vuelta. http://eshijar.blogspot.com.es/2017/01/la-leyenda-del-pilon-de-hijar-para.html

- Sandra y Eduardo Cuentan que un hijo llevaba a su padre, ya viudo, al asilo de Híjar.Iban andando por el camino y decidieron parar a descansar enuna piedra, entonces, el padre comenzó a llorar.

  • ¿Por qué lloras, padre? preguntó el hijo
  • Hijo,en este pilón, se sentó mi padre cuando yo lo llevaba al asilo, porque tu madre no le quería.

En ese momento, reino el silencio. El hijo se levantó, ayudó a su padre para que hiciera igual; juntos volvieron a Samper de Calanda, y desde entonces, el anciano vivió tranquilamente hasta el día de su muerte. La familia también vivió feliz, que ya no volvieron a pensar en separaciones

http://leyendasdearagon.blogspot.com.es/2010/11/el-pilon-de-hijar.html

El Choricé[editar]

El día del Choricé[editar]

- Manuel MARTÍN Samper Palillero

https://samperpalillero.blogspot.com.es/search?q=choric%C3%A9

El Chorizo, cuyo diminutivo en catalán y valenciano es “choricet” y en el antiguo aragonés “choriced”; devenido actualmente en choricer o choricé. Con estos nombres se conoce en el Bajo Aragón el día de “Jueves Lardero”, que en Zaragoza es día de longaniza aunque ya también se sirve chorizo, de la misma manera que en el bajo Aragón se sirve longaniza.

Cuando era niño no teníamos escuela y salíamos a la Ralla o a la alameda del rio a comernos el chusco que llevábamos en un avío o hato que nos servía de servilleta; con una naranja de postre. El que la llevaba.

Entonces había cinco panaderías en el pueblo y cada una hacía una hornada pequeña o grade, que no recuerdo, de barras (tipo chusco), de 100, 250 y hasta de 500 gramos, pues la gente mayor: novios, matrimonios y, a veces, cuadrillas, también se comían el choricé aunque fuera en casa o en el Trabajo.

Solo se hacía pan redondo; casi nadie comía pan en barra y menos del día; así que era una excepción placentera el hacerlo el Jueves Lardero,

Nunca supe que santo era ese Lardero, pues lo preguntaba y nadie me daba referencias. Pero, aunque yo esté fuera de Samper y no haya salido de casa, ese día, siempre me he comido mi bocata de chorizo o longaniza con un vaso de vino o una cerveza.

Por Zaragoza se dice “Jueves Lardero” y se relaciona con el bocadillo de longaniza, pero en el Bajo Aragón decimos “choricé” o "choricer-choricet", que es el diminutivo antiguo de gran parte de Aragón (norte de las Cinco Villas, provincia de Huesca y zona oriental del Bajo Aragón. Por nuestro pueblo es el único diminutivo de este tipo que yo tenga recuerdo, pues siempre se ha empleado el castizo castellano terminado en ico-ica.

Es una fiesta relacionada con el carnaval, el jueves anterior al miércoles de ceniza. Se iba a comer al campo en cuadrilla los niños y jóvenes; a veces también novios y matrimonios. Recuerdo que los panaderos dedicábamos una hornada a hacer barras chatas (chuscos) de diferentes tamaños; eso cuando se fabricaba casi solamente panes redondos el resto de los días.

Hoy se conserva la tradición gracias a que de forma colectiva el Ayuntamiento provee de bocadillos de chorizo, y ahora también de longaniza, para quienes quieran participar. Yo pienso estar. Que aproveche.


El Choricé o jueves lardero[editar]

- Alejandro Abadía París

He escrito poco sobre el “chorice”, porque nunca he entendido bien esta fiesta. Siempre lo he unido al carnaval considerándola como una excursión montera que acontece cuando, nacidos los sembrados, nuestra gente salía al monte a celebrar una jornada popular al aire libre; donde la gastronomía –el chorizo concretamente que se guardaba de la matancia- era el fundamento del día.

El jueves lardero es la causa de las primeras gulas, del olor a cuaresma y la espera gozosa a unos días que complementa el carnaval y el “memento homo” de la ceniza que le da “razones” a ese miércoles grande de ceremonia sencilla que nos habla de la vanidad de este mundo, recordándonos de donde venimos y hacia donde vamos, y que termina con la pascua pasando por la Semana Santa.

Son los días grandes de Samper de Calanda. Fechas muy unidas a este jueves lardero, que en la mayor parte de los lugares se celebra con longaniza, aunque todo tenga el mismo sentido.

¿Por qué aquí el chorizo es el protagonista y da nombre a la fiesta? Nunca lo he sabido. Sólo lo referente a la carne, a la gula golosa que decía al principio que va a traer las abstinencias de la cuaresma. La “rosca” será celebrará con alimentos dulces; sin embargo, el jueves lardero se hará con salados.

Costumbres unidas a la religión que se van perdiendo, pero que en esos días tenemos que recordar y seguir disfrutándolas. Si lo habéis hecho hoy, felices.

(Foto: Un día del chorice en el monte en la década de 1940: Anunciación Yebra Bes; las hermanas Rosa y Salvadora Abadía Abós ; Agustín Royo Sonsona, Salvador Clavero Paris, Carmen Gracia Bes… cuando todos eran aún novios).

Choricé.jpg
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Carnaval[editar]

El viejo carnaval[editar]

- Alejandro Abadía París

Cuando en el año 2002 iniciamos una recogida de datos para intentar conocer como había sido nuestro carnaval, lo hicimos un poco tarde. Más de 65 años sin estas manifestaciones daban para poco en la memoria de nuestra gente.

Nombres como el tío “Calaveras”, “ Mestrico”, “Chilandro”, “Sastre”… auténticos “carnavaleros” sólo nos acercaban a conocer una cabalgata con tres carros, con vela tendida, donde se parodiaba la misa, la boda, el bautizo y el entierro, a modo de “mojiganga”. Eran los “carros navales”, (Carnaval); los momentos en que al cura, al acalde, al médico o al veterinario se les caricaturizaba en las representaciones sobre los carros.

Aquellas expresiones caminaban por las rutas de la gula golosa, la burla sin gracia, el exhibicionismo grotesco y la caricatura endiablada: en lo absurdo. El mundo al revés. El hombre vestido de mujer y lo contrario, y se contaban “las viejas” al pincho del pueblo y se les daba “culete “ a las mozas.

La Iglesia como desagravio celebraba un triduo solicitando misericordia por el desprecio a los pobres, por los robos, por el lujo y los gastos; por las deshonestidades lujuriosas o por el escándalo en la escenificaciones. Pero el auténtico carnaval estaba en las carnestolendas, en la privación que iba a haber en la cuaresma. Y el carnaval era todo lo contrario.

En este escenario, en Samper nos aparecen dos figuras que sí han transcendido con fuerza hasta nosotros: los “esquilones” y los “mangritones”. Los primeros llevaban unos esquilos colgados por la cintura o al hombro y con fuertes movimientos de cadera los hacían sonar con ánimo de dejarse oir. Los mangritones eran unas figuras mal vestidas: “ensabanaus”, pasivas y silenciosas que se paseaban en solitario por las calles como si nada fuera con ellas, escondiendo la cara con una careta o pintada. Aquí se les llamaba a su vez “pantos”. Era el hacer algo que nunca se haría en un estado natural, porque era el momento en que el ateo se ponía una sotana, el tímido gamberreaba con los esquilas y al levantarse las faldas demostrar que era un hombre; el hacer burla a los ataúdes o el hacer posible que, por un día, labradores y jornaleros pudieran ser señoritas y propietarios. Era el preludio de una cuaresma con tambores y bombos penitenciales; días de confesiones y cumplimientos con parroquia; de procesiones, pianas, silencios, ayunos y abstinencias: la Semana Santa

En este escenario, en Samper nos aparecen dos figuras que sí han transcendido con fuerza hasta nosotros: los “esquilones” y los “mangritones”. Los primeros llevaban unos esquilos colgados por la cintura o al hombro y con fuertes movimientos de cadera los hacían sonar con ánimo de dejarse oir. Los mangritones eran unas figuras mal vestidas: “ensabanaus”, pasivas y silenciosas que se paseaban en solitario por las calles como si nada fuera con ellas, escondiendo la cara con una careta o pintada. Aquí se les llamaba a su vez “pantos”. Era el hacer algo que nunca se haría en un estado natural, porque era el momento en que el ateo se ponía una sotana, el tímido gamberreaba con los esquilas y al levantarse las faldas demostrar que era un hombre; el hacer burla a los ataúdes o el hacer posible que, por un día, labradores y jornaleros pudieran ser señoritas y propietarios. Era el preludio de una cuaresma con tambores y bombos penitenciales; días de confesiones y cumplimientos con parroquia; de procesiones, pianas, silencios, ayunos y abstinencias: la Semana Santa samperina.

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Los Cabezudos[editar]

- Samper de Calanda postales para el recuerdo

Los cabezudos... una imagen publicada por Antonio Zapater en su muro de Facebook

Alejandro Abadia Paris: En el año del Centenario de Loscos, uno de los proyectos era hacer un cabezudo gigante dedicándoselo a Loscos. Nos enviaron un presupuesto que se elevaba a 250 mil pesetas y no encontramos ese dinero. El cabezudo gigante fue una de las propuestas que no realizamos ese año de 1986.


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Un cabezudo especial[editar]

- Alejandro Abadía París

La pieza que presento en la fotografía no es de Samper, sino de Mas de las Matas, pero tiene también su anécdota Y la quiero contar.

Es un cabezudo especial. Un rey mago que servía para que en la noche de Reyes los niños echaran por la boca sus cartas pidiendo los juguetes a los magos. Una pieza que haría hoy las delicias de cualquier museo etnológico, del juguete o postal.

No sé cuanto tiempo hará que dejó de hacerse esta práctica del buzón y el cabezudo en la festividad de los reyes, ni quien inició la idea en el Mas de la Matas, pero cuando un masino, que quiere mucho a su pueblo, lo vio hace poco tiempo estropeado lo adquirió. En sus interior todavía estaban las cartas del último año. Ni se habían molestado en sacarlas - ¿no tuvieron ese año regalos los niños?- y las repartió entre sus remitentes para gozo de los mismos. El cabezudo ha sido restaurado y, una vez rescatado, lo ha ofrecido a quien corresponde y … no. (“Eso p´qué ”).

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