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Miscelánea Turolense[editar]
- Alejandro ABADIA PARIS
El “¡CHUFLA, CHUFLA…!” Patrimonio cultural de SAMPER DE CALANDA
Su tuviera que dedicar un recuerdo a un ilustrador aragonés, poco celebrado y de buen mérito, me inclinaría por Teodoro Gascón y Baquero (Ojos Negros (Te) 1850; Madrid 1926), y no únicamente en consideración a su vasta erudición plástica representada en las recreaciones de sus viñetas y dibujos, a veces críticos a la sociedad en que vivía, sino especialmente por la ternura que acoge todo el ser aragonés que él llama –aunque a mí no me guste mucho- “baturro”. Y porque en los dibujos de Gascón hay una energía inconfundible y un frescor de estilo que sirve para todos los tiempos.
Teodoro Gascón, era un farmacéutico que quiso ser dibujante y que, en esa faceta que complementó su profesión, desparrama la agudeza del ambiente en que vive y la sumerge en el sentir del carácter aragonés. Es un ilustrador que consigue presentar en los libros, periódicos y revistas, de su época, una serie de tipos humanos que no están construidos para simbolizar la manera de ser de una región como la nuestra, tipificándola dentro de un baturrismo caricaturizado para vender más, sino que tienen el vigor y la complejidad de mover los sentidos de la gente y, en ocasiones, incorporando el propio Derecho Aragonés que siente. En las revistas que ilustra sigue el guion, pero no asume un papel secundario, porque les da vida; en los cuentos sabe trasmitir la moraleja de la naturaleza que envuelve al personaje; en los dramas perfila sus chistes revelando su maestría con una concisión expositiva que embarga la atención del que ve algo diferente de lo que aparece como cómico ante la adversidad. Sea cual sea el tema que trate, incluso cuando dibuja los aspectos más sórdidos y aparentemente yermos de una tierra que lo parece, los rodea de existencia, de nobleza cromada de sinceridad que resplandece por encima de todo. Estas cualidades, unidas a la finura de su depurado gusto artístico, es la que presta el irresistible encanto que mueve a la sonrisa y al pensamiento elevado.
En la obra de Teodoro todo lo que gira a su tiempo y a su alrededor no es indiferente, mostrando la capacidad de resumir en sus viñetas la situación de un acto que a veces trasciende a generaciones. Y me estoy refiriendo al más conocido de sus “chistes”: “El chufla, chufla, como no te apartes tú”. Lo cuento: Corría el año 1896 y Teodoro, en aquellas fechas, dibujaba para la revista Miscelánea Turolense, dirigida por su primo Domingo Gascón y Gambau. Una publicación editada en Madrid y que se regalaba a quien sentía la provincia - “No se admiten suscripciones de pago”, reza su portada-. Y entre los ilustradores encontramos, además de a Teodoro, a Salvador Gisbert, Juan José Garate, Arredondo, Rodríguez Llorat…, artistas del lápiz y del ingenio; además de una lista de plumíferos que sería interminable reseñar por la calidad y el cariño que desarrolló Miscelánea.
Reseñar que Gascón, en aquellos días del “Chufla chufla”, regentaba la farmacia de Híjar (Teruel), lo que nos acerca un poco más al tema que describimos, porque nos adentramos en una época donde el furor ferroviario se acentuaba a pocos kilómetros de allí, apenas seis: en la villa cercana de Samper de Calanda , donde estaban ya en marcha los preparativos de inauguración de las dos líneas férreas que aquí convergían: la de los Directos (Madrid-Barcelona) y la de Val de Zafán que iba llevar a Zaragoza, en un futuro, al mar; naciendo, ésta, en La Puebla de Híjar y parando en Alcañiz . Además de un tercer proyecto que llevaría los carbones de la cuencas mineras de Utrillas al Ebro.
El momento que se vivía en la zona era ferroviario. Por eso, si nos disponemos a leer los periódicos de la época editados en Teruel, Zaragoza y, sobretodo, en Alcañiz, las editoriales rezuman titulares como: “Ya está la locomotora en Alcañiz”, “El alcalde de Samper es el único que ha invitado al director de esta revista a la inauguración de la línea” o “Despierta Alcañiz”. Se siente la llegada del tren. Y el influjo de la vía se trasluce en la propia revista que edita mapas y protestas como que la línea del Central Aragón no avanza y deja a la capital Teruel aislada de las grandes urbes; pero lo celebra porque el Bajo Aragón va disponer de la vía.
Teruel sueña con la línea de Calatayud a Sagunto. Zaragoza, quiere llegar a San Carlos, a Tortosa: al mar. Es el momento en el que el entrañable “Quiopcap” escribe su artículo más deseado: “Susum Corda”, comentando:
“Ya, por fin, se aproxima el día de la resurrección, después de tan larguísimo Calvario; ya parece, tierra mía, mi pobre tierra, que a salir vas de tu aislamiento aniquilador.” Era el 30 de septiembre de 1894. Y el 20 de febrero de 1895, en portada, Santiago Contel desde Alcañiz (Teruel) escribe: “La Locomotora en Alcañiz”: “Ya llegó. Vedla ahí con su majestad imponente: la locomotora, ese monstruo de la civilización moderna que nos ha unido ya con Europa (…) tiende sobre la tierra, acaba de saludar con su estridente silbido a la ciudad de Anitorgis de la antigua Edetania…”
El sonido y el ruido. Es el júbilo. Un momento que no va quedar al margen del lápiz de Teodoro Gascón, que envía para su publicación una viñeta de algo que le ha hecho sentir más que la propia llegada del tren a la Tierra Baja. Una anécdota acaecida, y que con el título “Entre Samper y Alcañiz” plasma un baturro montado en su burra y una locomotora silbando detrás que no tendría más trascendencia si no fuera por el pie que la cierra “¡Chufla, chufla! ¡Como no t´ apartes tú”! Y que iba a dar la vuelta al mundo. (1) Centró su dibujo en el ferrocarril de Val de Zafán, en las cercanías de la estación Huerta de Samper, camino de Alcañiz, y su repercusión fue, y sigue siendo mediática; copiada por peliculeros y cómicos de feria buscando la burla fácil y el chiste barato. ¿Qué motivó al artista la realización de esta viñeta?.
Mi gente comenta la figura de un personaje popular samperino: el “tío Roquillo”, del que se dice de él que fue “el que paró al tren”. Se cuenta que fue por una cuestión de justicia, de ese Derecho Aragonés tan arraigado en la villa, producto de las prerrogativas de paso que tienen aquí todos los campos y, que al elevar la estación de ferrocarril con un terraplén, eliminaba la entrada a las parcelas del otro lado del Campo Redondo. Y el Campo Redondo era el alma del regadío de Samper de Calanda. Y dicen que fue el tío Roquillo el que se enfrentó al tren para reivindicar ese derecho a poder entrar a su campo por donde siempre lo había hecho. Era la lucha contra el intrusismo: contra los abusos de poder; de lo que entonces se llamaba progreso. Y mi gente cuenta más, tal vez por defenderse de ese tópico de tozudez y cazurrería que más de uno con sus chistes en la prensa, incluso en el cine, han querido adosarnos ante la llegada del tren, que aquí el Derecho se antepone al abuso.
Y, dicen, que al no parar ante la locomotora y seguir reivindicando su fuero se acondicionó un paso inferior que hoy une los campos redondos, divididos por la vía en 1895. Era su derecho. Un Derecho de todos.
Pero hay otra viñeta más en Miscelánea (2) de Teodoro Gascón que ha pasado desapercibida y que como “nota cómica” representa también a un samperino que bajando del tren en la estación de Alcañiz exclama “¡Rediez! De haber sabido que se llegaba tan pronto, me hubiera venido a pie”.
Que no es otra que la frase “Si lo sé me vengo andando” que hoy todavía se sigue repitiéndose en la villa cuando a alguien le duele pagar por algo que ha costado poco tiempo de realizar, ya que aquí siempre se ha valorado la dedicación y el esfuerzo. Y Gascón lo destaca dentro de su estilo caricaturesco buscando el poder de la razón unido a la sonrisa con mensajes cargados de simbolismo.
Una anécdota que nos etiquetó para siempre y que otro pueblos reivindican como propia, pero que Teodoro Gascón, su propulsor, la situó en la estación de Huerta de Samper de Calanda. Y su mensaje es nuestro orgullo. Por todo, si hoy me dejaran elegir un ilustrador aragonés para rendirle homenaje, me quedaría con Teodoro Gascón, diciendo que además de farmacéutico y botánico turolense, -¡otro más!- , consiguió ser un dibujante de derechos y de sonrisa.
(1) Miscelánea Turolense. Número 17, Año V, Madrid, 20 de febrero de 1895, página 325 (2) Miscelánea Turolense. Número 19, Año VI, Madrid 20 de febrero de 1896, página 374
Referencias en webs[editar]
http://teruelprofundo.blogspot.com.es/2011/01/samper-de-calanda-bajo-martin.html
http://cebajomartin.blogspot.com.es/2014/02/asociacionismo-en-samper-de-calanda.html