Desaparecidos
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Los bienes desaparecidos[editar]
- Alejandro Abadía París
Hace unos meses iniciamos con el título “Nosotros también tenemos bienes desaparecidos” una lista de objetos que, estos días en Samper, la gente nos han vuelto a ampliar, además de comentarnos alguna afortunada aparición y recuperación.
La mayoría de los bienes desaparecidos son parroquiales como:
- el plato del ROSCÓN DE LA MANO, en cobre, de la Cofradía de San Antón, con inscripciones en latín y que se usaba últimamente para recoger limosnas ante el Mormento en la noche de la vela
- el REMATE EN TALLA DE MADERA de las puertas mayores -foto 4-
- varios AZULEJOS del altar Mayor de Santa Quiteria –sabemos ya quien los tiene
- el frontal de la PILA DEL LAVATORIO DE MANOS de la sacristía (foto 3)
- el RETABLICO DE SANTO DOMINGUITO DE VAL y su imagen –me informan que ha sido devuelta imagen y que está ya recogida-
- un MEDALLÓN de un altar sin identificar en mármol, que se salvó de la Guerra Civil, pero que no podemos confirmar si está-; las figuras antiguas grandes del BELÉN (nacimiento y reyes magos) o algo también sangrante porque ha ocurrido recientemente y es que se han llevado LOS MARMOLES DEL ALTAR MAYOR que adornaban las basas de las pilastras laterales (Foto 2)
- otros de entidades como la CALDERA DE LA CALEFACCION del Centro Social, que seguimos sin saber dónde se encuentra; la PIEDRA CLAVE de la farmacia de Loscos de Chiprana – me ha informado un coleccionista que la tiene él porque se la vendieron hace un tiempo-
- LAS DOS LÁPIDAS del monumento a los caídos con los nombres, arrancadas del monumento
- los ÚTILES de antiguos oficios como pregonero, serenos y guardas de montes y huerta
- el ESCUDO de la Casa de la Inquisición, en alabastro… Además sabemos que se ha dejado oculto detrás de una pared el DINTEL de la antigua parroquial (foto 5) –hemos dado parte al obispado
y
- la LONJA del antiguo ayuntamiento.
Bajo tierra están todavía sin presentar:
- la CRIPTA de Santa Quiteria que fue restaurada hace también muchos años, y por sacar
- los TUNELES DEL CASTILLO
- LAS BODEGAS
y
- la presunta ALJAMA mora.
Poco sabemos - ni siquiera si están inventariadas- la COLECCIÓN DE MONEDAS de cobre guardadas en el ayuntamiento –se conservaban muy pocas hace unos treinta años-. Y se nos dice que están extraviadas las primeras ESCRITURAS de la Sociedad de Montes donde se contempla la constitución de la sociedad.
Hay poco interés por intentar recuperar el expolio de la Guerra Civil- se necesita mucho esfuerzo para poder demostrar que los objetos son nuestros-. Me dicen que almacenados en Madrid están prestos a ser identificados bienes de cobre, bronce, y plata (candelabros, reliquias y cruces procesionales;, de oro (cálices, patenas, y custodias) e incluso imágenes en materiales nobles, como el perro de plata de Santa Quiteria (Foto 1); pero para conseguirlos hay que demostrar que son los nuestros. Sin olvidarnos de los libros cantorales grandes que se salvaron de la quema y que hoy también se encuentran en paradero desconocido.
Son temas que quiero dejar plasmado para ampliar o aclarar situaciones. Y para alertar a las entidades públicas de inventariar lo que todavía se conserva y exponerlos, de vez en cuando, a fin de que se conozcan.
El perro de plata de Santa Quiteria[editar]
el DINTEL de la antigua parroquial[editar]
Los mármoles del altar Mayor[editar]
Remate talla de madera puertas mayores[editar]
La pila del lavatorio de manos de la sacristía[editar]
El reloj de la Torre de la Parroquia[editar]
Los fotografías tienen más de 50 años. Son parte de la maquinaria del reloj de la torre, que todavía se conservaba. Y es la última vez que la vimos. Nunca más hemos vuelto a subir a la torre del reloj. ¿Por qué lo pusieron allí y cuándo lo hicieron? Nadie a quien preguntamos entonces nos supo dar razón, porque al reloj nadie lo había visto funcionar. No era lógica su ubicación. Estaba orientado al oeste, en un extremo de la población donde apenas vivía nadie. Acaso, por el sonido de las campanadas, se podría intuir las horas.
Tal vez lo dirigieron al regadío con la finalidad de anunciar todos los días el ángelus, que era la respuesta que nuestra gente daba a las campanas recitando en latín aquello del “ángelus domini nuntiavit Mariae”. (“El ángel del Señor anunció a María”) que se contestaba y, rezando un avemaría, se obtenían indulgencias.
Acontecía a las doce del mediodía, la hora de parar el trabajo en la huerta; instante que prevenía el compartir la comida. Había otra momento parecido por la noche, cuando subían los serenos a la Placica y, después de las doce campanadas, entonaban el “Alabado sea Dios” bajo otro reloj, el del Ayuntamiento, que sí hemos vivido. Eran nuestras costumbres. ¿Qué queda hoy del reloj de la torre?
Angelotes y cruz del Mormento[editar]
La fotografía de ayer nos descubría esa parte de patrimonio que no sabemos si alguien se lo ha llevado o está oculto. La pérdida de los bienes son los primeros indicios de la decadencia de nuestros pueblos.
Observo que siempre que comento estos temas de desapariciones de patrimonio el mutismo es general e incluso algunos me tiran exabruptos para hacerme callar. Porque aquí hay mucho miedo a expresarse; y más cuando algo sabemos o nos puede enfrentar a la desidia de instituciones que deben de proteger los bienes de todos.
En esta nueva foto encontrada del ”mormento” (ver en lugares-mormento-fotografía esperada)) observamos varias desapariciones: los angelotes que pintó, creo recordar, Miguel Montañés, “Burillo”, cuando la primera restauración del CIT en la década de 1970; las cruces laterales que puede que se bajaran del Calvario y la central recordando una “misión” en los años sesenta y que se acopló allí como copete, fuera de época. Pero donde, de verdad, quiero poner el acento es en el “plato” que hay en la izquierda de la fotografía. Es el del “roscón de la mano” de las rifas de San Antón que, una vez clausuradas, pasó a la parroquial y sirvió durante muchos años como bandeja limosnera a los pies del mormento durante la vela al Santísimo en los días Semana Santa.
Era, o es, una bandeja espléndida, una obra de orfebrería intemporal que duele que se pierda. Lleva escritos en latín, haciendo circulo a su alrededor, y hace ya tiempo que hemos preguntado por ella y nadie nos responde.
Este tema de las desapariciones de patrimonio que he comentado más de una vez en este mismo sitio, reivindicando piezas tan de todos como el frontal de la pila de la sacristía, las placas del monumento a los Caídos, el remate de las puertas mayores, la caldera del Focar, los azulejos del altar mayor de Santa Quiteria, la barandilla del arco de San José, los mármoles de las columnas del altar mayor de la parroquial, el dintel salido en esas obras… siguen ocultos o se ha profanado el séptimo mandamiento.
Esta foto nos dice que no es una fantasía lo que estamos diciendo, que estas piezas existieron, que las hemos visto y tocado con las manos. Y que no están en su sitio. ¿Qué podemos hacer para intentar las recuperaciones?
Laura Igado Zapater: Alejandro, desde la Junta de la Cofradía del Calvario de Samper de Calanda recogemos tu petición y haremos lo posible por intentar saber que ha sido de estas piezas que se colocaban en el Mormento en Semana Santa.
Alejandro Abadia Paris: La parte del copete no es tan interesante, pero el "plato" es una joya y me temo lo peor. Aunque en 1970 nos ocurrió lo mismo con el lignum crucis de Jatiel; hicimos una campaña y lo encontramos. Hoy está expuesto en la cripta y los jatielinos están "asi" de orgullosos y lo ha convertido en uno de sus principales motivos turísticos. Estos objetos no son sólo para tenerlos, también para "descubrirlos". Ánimo y sin "reblar".